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Oraciones a San Maximiliano

A san Maximiliano, el misionero

San Maximiliano,
queremos abrirte el corazón,
para que lo hagas arder
del amor y de la pasión por el Reino
que motivó toda tu vida,
y que te puso en camino por el mundo.
Deseamos, como vos,
entregar cada día nuestra vida
a Jesús a través de las manos de María,
y al mismo tiempo entregarnos unos a otros
para que juntos podamos “animar y animarnos”
en esta misión especial que nos confiaste,
y que nos invita cada día a “echar las redes”
de la confianza y de la esperanza.
Creemos que tu ideal de vida y de misión
puede conquistar el corazón
de muchos jóvenes alejados de Dios;
que podamos ayudarlos a descubrir
el amor misericordioso del Padre
y la alegría de una vida entregada.
Amén.

Oración a san Maximiliano

San Maximiliano que tu corazón
de padre, sacerdote y amigo
abrace el nuestro,
para que podamos responder a Jesús
en el llamado a la santidad.
Que mirando tu vida,
digamos que es posible vivir el Evangelio
hasta sus últimas consecuencias,
dando todo sin guardarnos nada.
Y, ya que estás cerca de la Inmaculada,
pídele que su manto nos cubra
e intentemos serle fiel a Dios. Amén.

Oración por las Familias

San Maximiliano, tú que después de haber
gastado tu vida por el anuncio del Evangelio a todos los hombres,
ofreciste tu vida en el campo de concentración,
para que una familia no fuera privada del esposo y del padre,
haznos comprender que la familia es un don precioso,
por el cual vale la pena luchar y sacrificarnos.
Tú que te dejaste guiar por la Virgen Inmaculada
y en la comunión de vida con Ella encontraste el Ideal de tu vida,
haz que experimentemos la fuerza de su intercesión
y lleguemos a ser fieles discípulos de Jesús.
Mira con bondad a nuestra familia y a todas las familias del mundo,
e intercede para que obtengamos las gracias que más necesitamos, en
particular la unidad y el amor recíproco. 
Acompáñanos siempre en nuestro camino. Amén.

Oración a San Maximiliano

Dios, que has dado a la Iglesia y al mundo
a San Maximiliano María Kolbe,
sacerdote y mártir, ardiente de amor
por la Inmaculada Virgen María,
totalmente dedicado al apostolado
y al servicio heroico del prójimo,
por su intercesión, concédenos
también a nosotros y para gloria tuya,
donarnos sin reservas
en bien de la humanidad,
imitando con la vida y con la muerte
a tu Hijo Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

A san Maximiliano Kolbe (I)

San Maximiliano María, fiel seguidor del pobrecillo de Asís,  
que con un ardiente amor a Dios transcurriste la vida
  en la práctica heroica de las virtudes y en las obras santas de apostolado,
dirige tu mirada hacia nosotros que confiamos en tu intercesión.
Tú que, iluminado por la luz de la Virgen Inmaculada,
atrajiste innumerables almas a los ideales de la santidad,
llamándolas a ser apóstoles del Reino de Dios,
intercede por nosotros para que obtengamos la luz y la fuerza
que nos hagan sembrar el bien y atraer muchos hermanos al amor de Cristo.
Tú que, en la perfecta imitación del Divino Salvador,
alcanzaste un grado tan alto de caridad, hasta ofrecer tu vida
en sublime testimonio de amor, salvando la de un hermano prisionero,
concédenos del Señor la gracia que ardientemente te pedimos...
y, animados por el mismo ardor de caridad,
podamos también nosotros con la fe y
con las obras testimoniar a Cristo a nuestros hermanos,
para alcanzar contigo la bienaventurada visión de Dios, en la gloria eterna. Amén

A san Maximiliano Kolbe (II)

San Maximiliano, escucha esta oración de alabanza
y de súplica que te dirijo con confiada devoción.
 Honro la santidad de tu vida,
guiada por una intrépida fe en el misterio de Cristo,
sostenida por una firme esperanza en el poder de su gracia,
animada por una ardiente caridad hacia Dios y hacia el prójimo.
Ayúdame a vivir respondiendo siempre con fidelidad
a la dignidad humana y cristiana.
Elogio tu actividad apostólica, en la que, con ardiente fervor,
te comprometiste para educar al pueblo de Dios en la fe en Cristo Señor
y en la veneración a la Inmaculada, nuestra Madre.
Concédeme saber colaborar con todas mis fuerzas,
junto a la Inmaculada, Reina del mundo y Madre de la Iglesia,
para el advenimiento del Reino de Cristo entre los hombres.
Admiro el sacrificio heroico con el cual
ofreciste tu vida para salvar la de un hermano.
Que, como tú, crea firmemente que la fe en Cristo
es la única victoria que vence el mal, y pueda obrar con la valentía
de los mártires para que triunfen la justicia, la caridad y la paz. Amén.  

A san Maximiliano Kolbe (III)

San Maximiliano Kolbe, mira con bondad a las Misioneras,
los Misioneros y los Voluntarios de la Inmaculada que,
inspirándose en tu vida, en tu doctrina y en tu fecundo apostolado,
quieren ser fieles apóstoles de María, para que su amor
y su misericordia triunfen en esta tierra de llanto y de dolor.
Pide a la Santísima Trinidad que les done valor y perseverancia
mientras combaten contra las fuerzas del maligno,
y done la felicidad eterna a los que el Padre ya ha llamado a su Casa.
Concédenos jóvenes fuertes, sabios y generosos;
danos Voluntarios disponibles y entusiastas,
para que el Instituto sea siempre más digno del carisma mariano
y misionero que el Espíritu Santo le ha confiado,
y de la misión que la Iglesia le ha confirmado.
Así formaremos un único coro que cantará a Dios
las alabanzas por toda la eternidad. Amén.

A san Maximiliano Kolbe (IV)

Dios, que llenaste de celo por las almas
y de caridad hacia el prójimo a San Maximiliano María,
tu sacerdote y gran devoto de la Virgen Inmaculada,
concédenos por su intercesión trabajar sin descanso,
para tu mayor gloria, al servicio de los hombres,
y conformar nuestra vida a la muerte de tu divino Hijo,
que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos. Amén.

Primer plano

En Bolonia, Italia se realizó la X General del Instituto Misioneras Inmaculada Padre Kolbe. Elisabetta Corradini fue elegida como nuestra Directora General. Junto con ella, se eligió al Consejo General, el cual se compone de la siguiente manera: Sara Caneva, Ada Locatelli, Alicia Dente, María Angela Collari (consejeras) y Anna Marzano (administradora general). Les damos las gracias por su Sí y les deseamos un buen servicio!

Como ayudarnos

Aprendé a guardar cosas en tu corazón, a respetar tus tiempos y procesos personales.

El acontecimiento tuvo lugar el 27 de noviembre de 1830, en París, en Rue de Bac, la Virgen Santísima se le apareció a Santa Catalina Labouré.

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