Las misioneras recordarán en la oración todos los días tus intenciones y el día 14 de cada mes, memoria del martirio de San Maximiliano, las llevarán a la celda del Campo de Concentración de Auschwitz, lugar donde P. Kolbe donó la vida por un padre de familia rezando y pidiendo su luminosa intercesión.
El tiempo llega como mensajero de Dios y la primera palabra que escuchamos es un deseo, tan hermoso como pocos: la bendición del Señor. Que el Señor te bendiga, descienda sobre vos como energía de vida abundante y de nacimientos. Te proteja en cada paso que des, en cada camino que recorras, en cada decisión que tengas de tomar.